Archivo diario: 27 noviembre, 2011

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Sacarina para compensar, originalmente cargada por rutroncal.

Cuántas veces hemos escuchado la frase en los distintos cursos de comunicación que: «El responsable de la comunicación es el emisor», por lo que si el receptor no comprende el mensaje es nuestra responsabilidad el hacernos entender; pero, esta afirmación que en aula la aceptamos (que no significa que la integremos) ¿Cuándo nos damos verdadera cuenta de su poder? Cuando utilizamos esta premisa de forma correcta, y somos capaces de sacarle el máximo partido a esta ley y la aplicamos no sólo para asegurarnos de la comprensión de mi mensaje sino que además soy capaz de hacer las preguntas adecuadas.

En general, no nos damos cuenta de que en función de cómo formulemos una pregunta obtendremos una correcta (o adecuada) comunicación o bien nuestro interlocutor necesitará una aclaración.

Hoy mismo en el tren he tenido la oportunidad de ser testigo de un ejemplo:
Llegado el momento de repartir las bebidas, hay dos azafatas sirviendo. Una pregunta: ¿Azúcar ó sacarina?. La otra: ¿Quiere azúcar o sacarina? (he de decir que esta segunda utilizó un tono de voz sin enfatizar ninguna pausa)

¿Cuál es la mejor pregunta?, evidentemente la califica la calidad de la respuesta. Con la 1ª opción obtendremos el producto que buscamos, el interlocutor responde una cosa u otra. Sin embargo, con la 2ª el interlocutor responde: «Sí!, claro!, por supuesto!» para lo que es necesario una segunda pregunta aclarando que no es un sí o no sino una identificación de lo que desea.

En ocasiones tendemos en comunicación a «liar la madeja» al tratar de «aclararnos» dando más información al interlocutor, por lo que en lugar de conseguir aclarar el mensaje acabamos confudiendo.

Conclusión: Utilicemos frases sencillas y cortas, lenguaje claro y sin ambiguedades y preguntas preferiblemente abiertas (a no ser que por la conversación requiramos un compromiso de SI o NO).

Y como siempre, no sólo hemos de pensar en hablar, sino la clave la obtendremos si observamos y escuchamos tanto a nuestro interlocutor como a lo que nos rodea para saber si vamos por el buen camino.


Niebla

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Redes naturales

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Otoño

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El ginger men de Shrek!!, originalmente cargada por rutroncal.

Esta imagen me ha recordado a una de las mejores escenas de una grandísima película… Shrek

http://www.youtube.com/watch?v=FpBJih02aYU

¿Y tú que opinas?


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Sin despegarse…, originalmente cargada por rutroncal.

Después de pasar tantos días sin verla… es ella la que no se separa de mi…
Yo tampoco quiero que lo haga


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Sonrisas en Barajas #iseefaces, originalmente cargada por rutroncal.

Reconforta ver sonrisas a nuestro alrededor, la sonrisa nos genera en pocos segundos un estado de tranquilidad, confianza,…y porqué no, se nos «contagia» esa sonrisa.

Existe una explicación parecida al porqué vemos formas y/o figuras humanas en manchas, formas, etc. Este fenómeno se denomina Pareidolia, en el cuál percibimos un estímulo arbitrario (una imagen, un objeto…) de forma errónea, visualizando en su lugar otro item fácilmente reconocible (caras, rostros, objetos, formas…).

En el Rorsarch (el famoso test de las manchas) es un indicador de nuestra capacidad social y creativa (nuestro mundo interno).

Buscamos figuras humanas a nuestro alrededor, es un proceso psicológico, por el que buscamos aquellas cosas que nos rodean y nos hacen entender nuestro entorno más familiar.

Pero a veces también infiere lo que buscamos a lo que encontramos… por lo que si buscamos sonrisas… seguro que las encontraremos ¿lo intentamos?


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Agua caliente vs agua fría, originalmente cargada por rutroncal.

Covey en su libro de los 7 hábitos plantea lo siguiente:
Se entiende por paradigma la percepción que tenemos de la realidad, el modelo o concepto que tenemos de determinadas situaciones ó casos. Esta percepción hace que ante determinadas situaciones reaccionemos de una manera determinada. Muchas de ellas nos han sido inculcadas desde niños, tanto por la familia como por la educación tradicional y por nuestro medio. Pero están realmente basados en valores y principios auténticos, realmente creemos en estos principios y representan nuestros más profundos valores.

Viendo la fotografía podemos pensar que el agua caliente es la fotografía superior, sin embargo esto no es así.

No os podeis imaginar el «diálogo de besugos» que tuve con la de recepción ante mi ignorancia y falta de comprensión al ver que no salía agua caliente de ninguna de las maneras y eso es porque según mi paradigma era «imposible» que el agua caliente saliera de donde se supone que debía de salir agua fría…

Como se suele decir… «para aprender perder…» (estuve casi dos días pensando que no podría ducharme) y como para casi cualquier cosa la clave es: observar, escuchar y hablar… cosa que al final hice y salí de mi paradigma.


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El AW139, originalmente cargada por rutroncal.

Esta semana he tenido oportunidad de dar formación a un grupo de instructores de una entidad colaboradora de salvamento marítimo.

Tuve la oportunidad de ser invitada a observar/participar en un entrenamiento de misión SAR y desde el briefing ser parte del procedimiento.

Para mí, fue la demostración de la definición de confianza según Covey, para que ésta se dé, ha de ir acompañada de dos variables: competencia y actitud (lo que Covey denomina como carácter).

Según Covey nuestra decisión respecto de si debemos confiar o no en alguien, empieza con nuestra evaluación de 4 núcleos de credibilidad:
•Propósito/Intento: el deseo intrínseco de hacer algo
•Integridad: la voluntad consciente de hacer el esfuerzo para lograr el propósito/intento
•Capacidades: habilidades o capacidades potenciales
•Resultados: los resultados finales demostrados

La evaluación del “carácter” de una persona se basa en los dos primeros núcleos: evaluaciones de la intención y la integridad.

La competencia tiene que ver con los otros dos núcleos de credibilidad de Covey, es una combinación de habilidades o capacidades potenciales (conocimientos, talento, experiencia, etc) y los resultados demostrados (el rendimiento o resultado). Es importante la diferencia entre estos dos porque no se puede suponer que las habilidades y el conocimiento se traducen en resultados. Sólo porque alguien puede, no quiere decir que lo hará.

Lo que pude experimentar fue precisamente la combinación de ambos, de la competencia de un equipo de profesionales que sabían lo que hacían y seguían estrictamente un procedimiento de forma coordinada y la actitud, tanto en su relación para conmigo como entre ellos.

La lástima fue que un fallo eléctrico hizo que nuestro vuelo fuera de 11 minutos y no pudiera ver la misión en su totalidad, lo cual no hizo que no fuera testigo de su profesionalidad.

A todos ellos, muchas gracias!!


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